domingo, 28 de diciembre de 2008

El breve espacio en que no estás



Todavía quedan restos de humedad,
sus olores llenan ya mi soledad.
En la cama su silueta
se dibuja cual promesa
de llenar el breve espacio
en que no está.

Todavía yo no sé si volverá,
nadie sabe al día siguiente lo que hará.
Rompe todos mis esquemas,
no confiesa ni una pena,
no me pide nada a cambio
de lo que da.

Suele ser violenta y tierna,
no habla de uniones eternas,
mas se entrega cual si hubiera
sólo un día para amar.
No comparte una reunión,
mas le gusta la canción
que comprometa su pensar.

Todavía no pregunté "¿te quedarás?".
Temo mucho a la respuesta de un "jamás".
La prefiero compartida
antes que vaciar mi vida.
No es perfecta, mas se acerca
a lo que yo, simplemente, soñé.


(Pablo Milanés)

sábado, 20 de diciembre de 2008

He descubierto que mi ignoracia no tiene limites




Hoy quiero sentir que he vivido, que estos años que acumulo no han sido vanos, vacíos y sin sentido, quiero confesarme con cada minuto de mi vida, darles una razón de que su efímera existencia ha formado parte importante de un todo vivido, mas no tengo fuerzas ya que dentro de mi, algo se ha partido.

domingo, 14 de diciembre de 2008


Te extraño

como se extrañan las noches sin estrellas

como se extrañan las mañanas bellas

estar contigo por Dios que me hace daño

Te extraño

cuando camino, cuando lloro

cuando río, cuando el Sol brilla

cuando hace mucho frío

Porque te siento como algo muy mío

te extraño como los árboles extrañan el otoño

en esas noches que no concilio el sueño

no te imaginas amor como te extraño

Te extraño y en cada paso me siento solitario

cada momento que voy viviendo a diario

estoy muriendo mi amor porque te extraño

te extraño cuando la aurora comienza a dar colores

con sus virtudes, con todos sus errores

por lo que quieras no se, pero te extraño.





domingo, 3 de agosto de 2008

Querer ser


Nacer de lágrimas oscuras

amparadas sobre la ceguera del querer

que ensombrecen las caricias nacidas de labios

que volaron entre dos cuerpos de única piel.

Tu amor liviano que sirve de consuelo

al alma que siempre quise tener,

anhelando ser anden de tus pensamientos

donde se refugien tus deseos

y las llamadas sin respuesta

que imploras cada amanecer.

Plaza donde se reúne tus pesares y alegrías

donde se renueve y se respire

tu pasión por la vida.

Seré varadero donde descanses

de tus días sin diario,

tu puente entre pasado y futuro

de tu amor inconfesable.

Vagabundo oculto entre gotas de agua

en la clesipdra del tiempo

que nos une y separa en una distancia

que nos confunde entre lagunas

de deseos de unión,

jueves, 28 de febrero de 2008

1ª Parte-Acto cuarto


Que os hallabais
bajo mi amparo segura,
y el aura del campo pura,
libre, por fin, respirabais.
¡Cálmate, pues, vida mía!
Reposa aquí; y un momento
olvida de tu convento
la triste cárcel sombría.
¡Ah! ¿No es cierto, ángel de
amor,
que en esta apartada orilla
más pura la luna brilla
y se respira mejor?
Esta aura que vaga, llena
de los sencillos olores
de las campesinas flores
que brota esa orilla amena;
esa agua limpia y serena
que atraviesa sin temor
la barca del pescador
que espera cantando el día,
¿no es cierto, paloma mía,
que están respirando amor?
Esa armonía que el viento
recoge entre esos millares
de floridos olivares,
que agita con manso aliento;
ese dulcísimo acento
con que trina el ruiseñor
de sus copas morador,
llamando al cercano día,
¿no es verdad, gacela mía,
que están respirando amor?
Y estas palabras que están
filtrando insensiblemente
tu corazón, ya pendiente
de los labios de don Juan,
y cuyas ideas van
inflamando en su interior
un fuego germinador
no encendido todavía,
¿no es verdad, estrella mía,
que están respirando amor?
Y esas dos líquidas perlas
que se desprenden tranquilas
de tus radiantes pupilas
convidándome a beberlas,
evaporarse, a no verlas,
de sí mismas al calor;
y ese encendido color
que en tu semblante no había,
¿no es verdad, hermosa mía,
que están respirando amor?
¡Oh! Sí. bellísima Inés,
espejo y luz de mis ojos;
escucharme sin enojos,
como lo haces, amor es:
mira aquí a tus plantas, pues,
todo el altivo rigor
de este corazón traidor
que rendirse no creía,
adorando vida mía,
la esclavitud de tu amor.